la suerte suprema

la suerte suprema
Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 31 de mayo de 2012

PINTURA: "Larga a una mano" / Por Luis López



"Larga a una mano" (apunte), tinta sobre papel de Luis López

"EL TONTO NO DESCANSA": EL MINISTRO DE DEFENSA MORENÉS JUSTIFICA EL ULTRAJE AL HIMNO NACIONAL



En un acto en el que estaba el Estado Mayor casi al completo, provocó murmullos.
Morenés desaira a Esperanza Aguirre y resta importancia al ultraje al himno durante la final de Copa

“Las normas de protocolo no son de obligado cumplimiento…cada uno se pone en evidencia... Por cierto, jugaba mi equipo”.

La respuesta del ministro, en un acto en el que estaba el Estado Mayor casi al completo, provocó murmullos.
Leer más....+


Enlaces relacionados:
GRITOS DE "¡ESPERANZA, HIJA DE PUTA!" / Pitada monumental al Himno Nacional antes del comienzo de la final
Las aficiones del Barça y Athletic pitaron de manera monumental la interpretación del Himno Nacional (Reuters)

MADRID.- 19ª de Feria. Juego de piernas a la sombra de un Castaño enorme / Por José Ramón Márquez


Tito Sandoval, manejando con soltura de gran jinete al caballo, alegrando la embestida del toro y dando alegría al penco, consigue que el Flamenco, número 41, se arranque contra todo pronóstico

Juego de piernas a la sombra de un Castaño enorme

"...Hoy, con decisión y con torería un hombre de Salamanca, un torero, ha vuelto a dejar las cosas en su sitio, haciendo que resplandezca la verdad. Gracias, torero. Nos vemos con la de Cuadri..."

José Ramón Márquez

¿Qué pensará un ganadero cuando vea salir por los chiqueros uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis toros mansos como bueyes de carreta, bueyes de arado? ¿Qué pensará el mayoral cuando vea a los animales que ha criado y no vea seis toros sino tres yuntas de bueyes? Hoy los toros de Carriquiri, que no tienen nada de don Nazario Carriquiri porque estos Carriquiri del siglo XXI son Núñez a tope y su amo se llama Briones, trajeron a Madrid un recital de mansedumbre digna de estudio por los genetistas. Si hace un poco más de un año estos falsos Carriquiri de Briones trajeron una interesante y seria corrida en la que brilló por vez primera en Las Ventas la estrella de Iván Fandiño, hoy han traído un carro de mansedumbre y descastamiento con el que ha brillado con fuerza la estrella, o mejor aún la convicción de Javier Castaño.

Carriquiri de Briones trajo hoy a Madrid una corrida seria y bien presentada, con cuatro colorados y dos negros, de ellos un toro de 2008, cuatro de 2007 y uno de 2006. La mansedumbre de los cuatro colorados fue deprimente. Ver ese descaste, esa falta de interés por la lidia, ese cansino ir y venir de esos bóvidos por la vida sin ton ni son producía bostezos sin tasa y una notable desazón. Al final salieron los dos negros que en su mansedumbre fueron algo distintos a los que les habían precedido y de los que se dará razón más adelante. En conjunto se debe hablar de una pésima corrida y de un notable fracaso ganadero, lo cual nos lleva a recordar aquel viejo y olvidado aforismo del tiempo antiguo que aseguraba que ‘el mejor amigo del ganadero es el matadero’. Dicho queda.

Con este material tuvieron que vérselas Carlos Escolar, Ignacio Garibay y Javier Castaño.

Carlos Escolar Frascuelo es una debilidad de Madrid. Es un torero muy querido en esta Plaza, que cultiva una devoción por las formas que ya quisieran para sí casi todos los del escalafón. Hay quien dice que no debería torear, a su edad, pero esos no tienen ni idea de que Pedro Romero mató su último toro, el que le brindó a Isabel II, a la edad de 77 años. Frente a la cantidad de tuercebotas que vienen a Las Ventas y que no interesan ni lo más mínimo, olvidados aún antes de acabar de abandonar la Plaza, es un placer tener por ahí a este Frascuelo, torero por convicción, que viene a regalarnos pequeños detalles en su modo de ir al toro, de ponerse, de estar en la Plaza y de quien siempre estamos aguardando que, de pronto, brille la hombría de su seca verónica o que reciba a un toro por bajo con mando y con poder con sus formas clásicas que evocan un tiempo que definitiva y desgraciadamente terminará con él el día que se retire. Por ello es que le deseamos que permanezca activo, al menos, hasta la edad de Pedro Romero. 

Ignacio Garibay cerraba la página de mexicanos en el San Isidro 2012. No se puede decir que la actuación de los aztecas en su conjunto haya sido digna de gran elogio. No ha habido ninguno que verdaderamente haya dejado un sello indeleble en Madrid ante el público feriante y bien que se siente que las cosas hayan ido así, que estamos deseando ver a un mexicano reventar Las Ventas. El último cartucho de México en San Isidro era Garibay, que tan bien y tan entero estuvo con aquel pablorromero en el año anterior y que hoy firmó dos actuaciones más bien anodinas. Bien es verdad que el buey de carreta llamado Violín, número 55, era un animal imposibilitado para el toreo por su mansedumbre, su descaste y sus firmes deseos de pasar a mejor vida sin que se le reconociese como toro de lidia, pero el quinto, el de casi siete años y 54 arrobas, Letrado, número 28, tenía otros palos que tocar que, justamente, son los que nos hubiese gustado que hubiese probado Garibay. El toro, manso como se dijo, se arramcó con rabia al picador en chiqueros después de mil capotazos y en ese furioso arreón de manso se sacó hasta los medios al penco y a Luciano Briceño, que iba encima. Garibay se fue decidido con la muleta hacia el toro y en la querencia que éste fijó, donde se quedó con el caballo, le presentó la muleta. El toro se lanza como un león sobre la muleta y esto ocurre cada vez que el torero se la pone y, especialmente, en las veces que le pisa un poco el terreno al animal. El bicho acomete con furia y queda la duda de qué habría ocurrido si Garibay hubiese intentado someter más al animal, tratar de recogerle en la salida de los muletazos y haberle pisado sus terrenos con mayor convicción. Estuvo aseado, como decían antes los revisteros, porque no se arredró ante la violencia de los cabezazos -más que embestidas- del toro, pero quedó por debajo de lo que esperaba de él. Mantiene su cartel y ya estamos deseando que la Empresa le ponga pronto, sin el agobio de la feria.

Y Castaño. ¿Qué decir de él, si salvó la tarde y con toda probabilidad la feria? ¿Qué decir de este Castaño que nos ha devuelto la alegría? Pues ni más ni menos que Javier Castaño ha traído hoy a Las Ventas, cuya blancuzca arena ha sido profanada hasta la extenuación en este sanisidro por tanta y tanta cultura tan cultural, el aroma del viejo y gran toreo, del toreo en extinción que se basa en los tres pilares y el colofón de la sabiduría taurómaca: parar, mandar templar y cargar la suerte.

El primer toro de Castaño fue uno de los colorados mansos de libro de esta tarde, Peluso, número 19, no tenía el más mínimo interés en embestir, pero Castaño hizo bueno el dicho de que si el toro no embiste, entonces debe embestir el torero y se empeñó en sacar leche de esa estéril alcuza que era el buey Peluso ante la desinteresada mirada de la inmensa mayoría de la Plaza, que ni siquiera reacciona cuando el salmantino le arranca a Peluso, contra su inclinación natural, un par de largos, mandones y templados naturales. En ese toro Javier Castaño regala a los cincuenta que se fijaban en él una declaración de principios de gran emotividad, porque frente al buey se coloca bien, ofrece la muleta planchada y tira de él aún a sabiendas de la dificultad del lucimiento. Faena de muchísima claridad de ideas, de gran unidad conceptual y de firme vocación de verdad que hace desear que llegue pronto el siguiente toro de este torero.

Y en el sexto, de pronto, la tarde es otra. Pone Castaño el toro de largo y Tito Sandoval, manejando con soltura de gran jinete al caballo, alegrando la embestida del toro y dando alegría al penco, consigue que el Flamenco, número 41, se arranque contra todo pronóstico. El toro se escapa del castigo conforme corresponde a su condición mansa y Castaño le coloca aún a más distancia para que Tito se vuelva a lucir con su alegre manera de montar y cite de frente al toro, que se vuelve a arrancar. Y por tercera y cuarta vez, con el toro ún más de largo en cada ocasión, vuelve a provocar Sandoval las embestidas de Flamenco echándole el palo en la cuarta vara con un estilo similar al de Anderson Murillo, como quien bendice. Grandioso tercio de varas y reventón de aplausos para un gran picador. Luego en banderillas, dos sensacionales cuarteos clavando en la cara de ese gran peón que es David Adalid son el preámbulo de una faena basada en la verdad y el compromiso que principia con una impresionante serie de redondos en la que el torero deja la pierna donde nadie la ha dejado en esta feria y en la que aguanta la embestida sin corregir la posición, a base de mandar al toro. Luego viene otra serie con idénticos argumentos y desde ahí se produce una faena maciza, concebida con unidad y sin apenas tiempos muertos, que finaliza en el mismo espacio de terreno que empezó y que tiene una ligera tendencia a menos, en los pases con la zurda y a medida que el toro se va apagando. Incomprensiblemente Castaño le pega al toro el absurdo invertido circular, incomprensible borrón en una faena marcada por su concepto clásico, deleznable peaje pueblerino.

Hoy Javier Castaño ha dado un aldabonazo en Madrid por el que algunos aficionados recalcitrantes e intransigentes llevábamos clamando desde el inicio de la Feria. Porque no vale desgañitarse, porque lo realmente importante es que alguien se ponga con verdad y demuestre que esos falsos reyezuelos que nos venden como príncipes coronados van totalmente en bolas, desnudos de toreo, llenos de trucos infames, de sucios engaños, de añagazas del Maligno para expandir la confusión y el engaño. Hoy, con decisión y con torería un hombre de Salamanca, un torero, ha vuelto a dejar las cosas en su sitio, haciendo que resplandezca la verdad. Gracias, torero. Nos vemos con la de Cuadri.


"Con decisión y con torería un hombre de Salamanca, un torero, ha vuelto a dejar las cosas en su sitio,
haciendo que resplandezca la verdad. Gracias, torero. Nos vemos con la de Cuadri."

21ª de San Isidro: Seis mansos, un valiente / Por Antonio Lorca



Javier Castaño

"...¡Qué estampa más torera cuando buscaba el pitón contrario y citaba con la muleta planchá! Qué torera y qué extraña, porque eso no lo hace hoy prácticamente ningún miembro del escalafón de matadores..."

 Seis mansos, un valiente



Por Antonio Lorca


Afirmar que la corrida de ayer fue una mansada no refleja con exactitud el comportamiento de los toros. Quizá, mejor, una mansada infernal, o una pasarela de bueyes o de mulas. Imposible corrida, desde el primero hasta el último, a pesar del espejismo del último, que acudió desde los medios al caballo del picador Tito Sandoval, pero huía que se las pelaba cuando sentía el hierro en sus carnes. Toros huidizos de salida, cobardes que buscaban con desesperación la puerta al campo, rajados ante los caballos, con las caras siempre por las nubes en un terco intento por quitarse el palo de encima. Y parados, descastadísimos y sin clase alguna en la muleta, tercio, en el que no sirvió ninguno. De ahí, que no hubiera un solo capotazo airoso en toda la tarde, ni un muletazo que se recuerde, ni ná de ná…

Bueno, tampoco esa es la verdad. Hubo cosas, y algunas importantes, como suele ocurrir cuando aparece un torero dispuesto a hacer frente a la adversidad y a jugarse los muslos sin trampa ni cartón.

Se llama Javier Castaño, y superó con nota el dificultoso examen que le presentaron dos toros complicados, broncos, con malas ideas y sin una gota de sangre brava en las venas. Y lo aprobó con decisión, con un valor digno de elogio, con una deslumbrante firmeza, con pundonor, con entrega y con raza de héroe. Como ha ocurrido siempre cuando un torero ha querido demostrar que es capaz de estar por encima de su oponente.

Protagonizó, además, un gesto infrecuente: se cruzó en sus dos toros. ¡Qué estampa más torera cuando buscaba el pitón contrario y citaba con la muleta planchá! Qué torera y qué extraña, porque eso no lo hace hoy prácticamente ningún miembro del escalafón de matadores.

La plaza se lo agradeció, como no podía ser de otra manera, y le obligó a dar la vuelta al ruedo tras matar al sexto como premio a toda una actuación muy seria, muy emocionante, aunque no brillante porque la nula calidad de lo toros impidió el lucimiento.

Y hubo un picador, Tito Sandoval, que se sintió lo que es, torero a caballo, y realizó la suerte de picar en el último con enorme brillantez. Llamó la atención del toro, le ofreció el pecho del caballo y señaló en todo lo alto hasta cuatro veces, las mismas que el animal acudió de largo desde los medios en un espejismo de bravura, pues no presentó pelea en ninguno de los encuentros.

Y hubo dos señores vestidos de luces: Frascuelo e Ignacio Garibay.

Si se tiene en cuenta, -que se debe tener-, la nulidad de sus oponentes, nada hay que objetarles, pero la torería no consiste solo en la búsqueda del triunfo, sino en los andares por el ruedo, en la actitud, en la disposición…

Frascuelo, que fue recibido con una ovación que agradeció desde el callejón, decepcionó. Esa es la verdad. Es un torero admirable, pues lo es quien con 63 años hace el paseíllo y mantiene la ilusión. Pero hay que hacerlo con todas sus consecuencias. Y ayer se le vio desganado, precavido en exceso, sin recursos, desconfiado, como fuera de la lidia, sin el ánimo necesario para solventar la difícil papeleta. Vamos, que no respondió a la expectación que en esta plaza crea siempre su presencia. Si inhibió con el capote e intentó justificarse con la muleta, pero, tan despegado siempre, que lo empeoró.

Y el mexicano Garibay quedó inédito. No parece torero para toros tan ásperos. Su primero se desplomó dos veces en la arena cuando intentaba pasarlo con la muleta, y la gente protestó con razón cuando el torero hizo un desplante ante lo que era, no un toro, sino un proyecto de cadáver. Y el quinto solo sabía andar mediante arreones y tornillazos. De todos modos, también al torero se le vio afligido, y esa no es una buena carta de presentación.

Carriquiri/Frascuelo, Garibay, Castaño
Toros de Carriquiri, bien presentados, muy mansos, muy descastados y desclasados.
Frascuelo: media estocada (palmas); media estocada (silencio).
Ignacio Garibay: cuatro pinchazos y estocada (silencio); estocada _aviso_ (silencio).
Javier Castaño: estocada tendida y ladeada (ovación); media tendida y un descabello (vuelta al ruedo).
Plaza de las Ventas. 30 de mayo. Vigésimo primera corrida de feria. Tres cuartos de entrada.
***
Sevilla Toro

SAN ISIDRO.-TODO UNA CASTAÑA HASTA LLEGAR CASTAÑO / Antolín Castro



Javier Castaño ha conseguido emocionar a la plaza y eso no lo había hecho nadie
(Fotografías de Muriel Feiner-Burladero.com)

TODO UNA CASTAÑA 
HASTA LLEGAR CASTAÑO 

Antolín Castro
España

S.I.- Cuando el reloj marcaba la hora justa en el que las personas sensatas, he dicho las sensatas, piensan seriamente en suicidarse en su afición o cuando menos planteársela muy seriamente, es decir cuando están presenciando una auténtica castaña, llegó el antídoto perfecto, graciosa coincidencia, llegó Castaño.

Y lo que era un gravísimo problema de continuidad en aquella afición heredada de nuestros mayores, resurge como cuando se hace de día, desaparecen las tinieblas que nos tienen atenazados y llega Castaño, Javier Castaño por más señas, y pone orden en donde había desorden, pone ilusión en donde había desencanto y nos explica, uno a uno y de mil en mil, que el toreo tiene vigencia, que la fiesta brava es posible mantenerla si se hacen las cosas como exige la historia y la lógica. Si es una fiesta plena de emociones hay que ponerlas en práctica y abandonar el aburrimiento y la rutina que aprisionan a una fiesta que ya no se sostiene en pie.

Es que el toro bravo es el que aguanta una faena de menos a más, es que la suerte de varas no mide la bravura, es que los del siete son muy exigentes, es que los toros con más de 600 kilos no andan, no se mueven. ¡Joder cuánta falsedad, cuánta mentira para poder envolver en papel de celofán la mierda de fiesta que nos dan un día si y otro también!

Existe otra y se ha encargado Javier Castaño de enseñarla. No hacen falta orejas, no hacen falta derechos de televisión, lo que hace falta es mantener la fiesta en su primitiva esencia, nada más… y nada menos. El público de Las Ventas hoy, como el de Nimes el otro día, ha presenciado el zambombazo de la emoción, esa que ayer con Perera era insostenible. Claro que lo habrán podido percibir los que estuvieron ayer y hoy, los que esta tarde sin nombres sonoros en los carteles no vinieron, matan su mínima afición y siguen sucumbiendo a la publicidad engañosa.

Ver venir un toro desde el centro de la plaza al caballo es gracias a Castaño

Presenciar un tercio de varas como el vivido hoy es propio de quien tiene confianza de que esto tiene arreglo, bastará con quererlo. Y que no vengan los que viven del negocio de la fiesta de la farsa a decirnos que para eso hace falta un toro determinado; sí aunque sea el sexto de la basura de corrida presenciada hoy. Decimos: lo que hace falta es quererla recuperar, no enterrarla definitivamente como ha pasado en los días precedentes.

Castaño está demostrando, pues no ha sido hoy una casualidad, que hay que ponerle orden y ganas para demostrar que las emociones pueden estar aunque sea escondidas en una mansada infumable como la enviada hoy por Carriquiri. Se hace acompañar por toreros, pues toreros son los miembros de su cuadrilla, que estén con las mismas ganas de hacerle llegar al público el conjunto de emociones que esta fiesta tiene y como no la tiene ninguna otra. El circuito de las estrellas es un circuito muerto desde su base: sin toro todo es de plástico y las emociones van servidas a los públicos en papel de celofán cuando no en tetra brik.

Javier Castaño ha querido poner al toro en suerte y la suerte la hemos tenido todos los presentes. No se puede picar más de dos veces, hay que dejar al toro crudo ¡y un jamón! Todo falso para alimentar la farsa. Nadie de los taurinos quiere un toro si no es para molerle a pases sin fundamento. Otros se ponen bonitos, pero lo bonito de esta querida fiesta no está en ponerse bonitos sino en hacer vibrar a los aficionados como hoy. Tras de las tres varas de Tito Sandoval, a cual desde más distancia, llegaban las banderillas de Adalid y aquello se convirtió en un manicomio. Así eran las cosas cuando yo me hice aficionado y no me da la gana cambiarlo por mucho edulcorante que nos ofrezcan. Mejor abandonar que perder los valores que hicieron de la Fiesta su grandeza.

Luego la faena no pudo ir más lejos pues el toro no era de dulce, ni siquiera bravo, y si vimos algo fue por la insistencia y la inteligencia de su matador, quien de haber matado a la primera hubiera cortado una oreja al conjunto de su actuación. Las ovaciones y la vuelta al ruedo tuvieron más valor que lo hecho en todos los días de atrás.

El resto fue una sucesión de mansos de solemnidad, imposibles de hilvanarles con gracia cualquier pase. De capote imposible por sus persistentes huidas y de muleta por sus insistentes cabezazos. Con eso ni Frascuelo el actual, ni el antiguo, podía llegar al lucimiento, como tampoco Ignacio Garibay. A ambos me gustaría que los probara la empresa con otro ganado, para que ellos pudieran lucir y nosotros disfrutarlo.

Lo dicho: Todo era una castaña hasta que llegó Castaño y nos alegró la tarde y la afición.
***

El personal deserta de las plazas de toros / Por Alvaro R. del Moral


 Plaza de Toros de Córdoba

El personal deserta de las plazas de toros

 
Por Alvaro R. del Moral

Plástico.
Las semifinales de la Copa Davis legaron al Coso de los Califas de Córdoba toda la sillería de plástico que ahora cubre el cemento de sus inmensos tendidos. Y el color de esos asientos desnudos de público, el carmesí, es el que ha teñido el poso de decepción que ha acompañado la finalización de la recentísima Feria de la Salud. No se si a los hermanos Chopera le saldrán las cuentas después de ajustar al máximo el difícil equilibrio entre la cantidad y la calidad de una oferta taurina que se ha vuelto a ver revocada en las taquillas cordobesas, que sólo han respondido a un cartel, el viernes de feria, en el que gravitaba el atractivo imán de José María Manzanares.

Preocupación.
Pero al día siguiente, El Juli no logró meter más de un cuarto de entrada confirmando que su primacía en la arena no se ve reflejada en un tirón taquillero que otras empresas han empleado para trasquilarle su liderazgo en el famoso conflicto televisivo. No se pueden negar los esfuerzos de los empresarios vascos en el coso cordobés pero deben andar cavilando seriamente su papel al frente de esa plaza inmensa, lastrada por una primera categoría que siempre le ha venido ancha, y que ha sido quemada sin piedad desde los lejanos días de vino y rosas de aquel Finito que revolucionó una ciudad entera que ahora mira a su renaciente equipo de fútbol local como evasión de sus frustraciones históricas. El mal está hecho y el resultado del trabajo de los Martínez Labiano, si perseveraran en el costoso empeño, sólo podría verse a medio plazo pero el balance del ciclo cordobés es desolador y se suma a un panorama que ya sorprendió en Sevilla y se está recrudeciendo en la larga isidrada: el público está desertando de las plazas de toros y la crisis, ese cajón de sastre en el que queremos meter todos los males, empieza a ser un argumento excesivamente recurrente. La verdad es que este planeta invertebrado permanece dividido e incapaz de ver su propia derrota. O los estamentos del toreo no se han enterado de nada o se han sumido en una especie de autodestrucción paranoica ante un panorama -con o sin la monserga de los antitaurinos- que comienza a pintarse bien feo.

Tónica habitual.
Y aunque el caso de Córdoba podría ser uno de los más dramáticos de la piel de toro, sólo confirma esa constante que despobló los tendidos sevillanos en Abril y ha mermado esa babélica parroquia que sostenía el rentable y aburrido negocio del largo mes de toros que bendice San Isidro en el Foro. Pero la cuerda ya no se puede estirar más y todos, absolutamente todos, éstan condenados a entenderse pero sobre todo, a adaptarse a una situación económica que costará muchos años y lágrimas espantar. La brutal disminución de espectáculos celebrados; el cierre o abandono de plazas de enorme solera o tradición y las ridículas entradas de tantas citas con supuestas figuras no pueden ser ignoradas indefinitivamente. Nos estamos acercando peligrosamente a un punto de no retorno.

Más cosas.
En esta situación también preocupa el estado de la máxima figura -en la taquilla y en el ruedo- del momento. Manzanares no alcanzó sus propias cumbres en tres compromisos sucesivos de Sevilla, Madrid y Córdoba que podrían evidenciar un bache pasajero. Espero que sea lo más breve posible. La primera fila anda escasa de efectivos aunque algunos siguen creyendo que las cinco o seis corriditas de un incierto mesías van a salvar esto. Ni hablar.
**
Via Sevilla Toro
(*) Publicado en El Corrreo y en el blog La tarde colgada al hombro

VENEZUELA: TOROS EN SAN PEDRO DEL RÍO


Jesús Enrique Colombo anunciado para actuar en San Pedro del Rio afinando detalles para lo que será su arribo en octubre a la Escuela Taurina de Madrid.


Dos festivales de lujo en el marco de sus festividades
San Pedro del Rio toma protagonismo a finales de junio

RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ

Se trata de una feria pintoresca el cual quiere rescatar un buen aficionado del patio, como lo es el MV Don Pedro Casanova, quien en el marco de las festividades del patrono de la mencionada localidad tachirense, San Pedro Apóstol quiere devolver el arte de los toros a las montañas de su lar natal.

Y para ello se ha propuesto no solamente hacer del rito del toro únicamente centro de atracción, pues así mismo en ocasión de estos festejos paralelamente se estará llevando a cabo un Congreso Internacional de Cronistas Taurinos a escenificarse el viernes 29 de junio, donde se reunirán importantes plumas, tanto nacionales e internacionales, como es el caso del veterano periodista caraqueño y Presidente de la Unión Mundial de Periodistas Taurinos, Víctor José López “El Vito” o el colombiano Alberto Lopera “Loperita”, entre otros.

Casanova, quien así mismo es miembro del comité organizador del serial, e igualmente de la Peña Taurina San Pedro del Río, de activa presencia en ruedos andinos ha dejado en claro que con esto lo que buscado es «devolver y consolidar un legado de tradición que lamentablemente se había perdido en los últimos años, en la también llamada “Joya Turística Colonial” del Táchira».

La programación taurina incluye dos festejos. El primero un festival taurino el sábado 30 de junio, donde harán presencia los aficionados prácticos caraqueños Miguel Guía Mijares, Arnold Miranda y Freddy Flores ante reses del hierro de Rancho Bravo. Al día siguiente, 1º de julio, el espectáculo central de las festividades será otro festival, de corte internacional, con la reaparición del diestro mexicano Alfredo Gómez “El Brillante” en compañía de los novilleros venezolanos Jesús Enrique Colombo, Juan Gómez “El Gato” y “El Molinero”, donde se anuncian reses de las vacadas nacionales de Rancho Grande, El Prado y La Cruz de Hierro.

En su propia tierra, Pepe Colmenares hace su estreno como matador de toros en Venezuela, tras varios años de lucha en España.
******
Una novillada y una corrida de toros
Maracay anuncia Feria Taurina, Deportiva y Cultural 2012

RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ

Cuna del toreo en el centro del país, la ciudad de Maracay no desmaya en mantener esa afición que en la pasada versión de la Feria de San José, en el mes de marzo dio un espaldarazo rotundo a la fiesta brava. Si en el periplo sanjosefino se registraron dos excelentes entradas, con triunfo tanto en el ruedo como en taquilla, las mismas esperanzas se tejen sobre los dos festejos que se tienen programados escenificar en el ruedo de Calicanto para finales de junio.

En este sentido se ha estructurado dos espectáculos muy del gusto del aficionado local, donde la prioridad serán los espadas locales, como ya es costumbre en el ruedo maracayero.

El sábado 30 de junio se lidiaran utreros de la novel vacada La Esperanza para los diestros locales Enrique Nelo, César Altuve y Edgar Antonio, este último quien saldría en hombros en marzo pasado en el festejo novilleril de feria.

El 1º de julio el gran atractivo lo será el cartel netamente localista que se apresta despachar astados de la ganadería caroreña de Los Aranguez, para los espadas Alfonso Rondón "El Burri", José Cariel “El Amarillo” y Pepe Colmenares, este ultimo quien hace su presentación como matador, tras su doctorado en arenas españolas el pasado año, exactamente el 8 de septiembre, en la localidad onubense de Ayamonte, contando de padrino Víctor Puerto y testigo Víctor Janeiro, ante toros del hierro de Arucci, llevando por nombre el de la ceremonia «Leñador», Nº 67, al que le cortó las dos orejas, vistiendo un terno celeste y oro.

miércoles, 30 de mayo de 2012

MADRID.- 18ª de Feria. ¡Viva Aparicio! / José Ramón Márquez


David Fandila El Fandi corta la coleta a Julio Aparicio en presencia de Miguel Ángel Perera
Lo más torero que se ha visto en la Feria de Madrid
 
¡Viva Aparicio!

José Ramón Márquez

Hoy, la tradicional corrida de la desvergüenza. Parece mentira que se haya dejado salir al ruedo de Madrid esta basura ganadera que perpetraron hoy, punto nodal de esta desvergüenza de feria que han preparado a tres bandas, los Choperón father and son, Monsieur le Français y Call me Toño, las tres patas de la banqueta que tiene un furaco en el asiento que atiende por Abella, a quien sus íntimos llaman Abeya. No bastaba con uno solo, que se tuvieron que juntar a tres bandas con las bendiciones administrativas de Abella para montar el San Isidro 2012 , este sanisidro que se va deshaciendo como un trozo de polo tirado en medio de la calle, sin que pase apenas nada,  este sanisidro que languidece tarde a tarde sumido en el adocenamiento y el desinterés más palmario sin que salga nadie que nos devuelva la ilusión, que nos redima de la sensación, que cada vez se va haciendo más patente, de que en esta feria montada por las tres patas de la banqueta no va a haber ya nada por la parte del toreo que se acerque a lo que querríamos ver en una plaza de toros.

    Hoy soltaron una corrida de Las Ramblas y, como refuerzo, en el programa metieron un árbol genealógico que empieza en don Vicente José Vázquez, ganadero de Dos Hermanas, y en el señor Conde de Vistahermosa nada menos para acabar, a base de degeneración, en Las Ramblas, bosta ganadera. La de vueltas que ha tenido que dar la mosca de la genética para acabar cayendo en el cagarrón de presentar como toros de lidia a esos seis adefesios, que no tenían ni media leche y que clamaban a gritos por que apareciese una cuadrilla de ecologistas de esos para defenderlos. Las Ramblas se presentaron en Madrid con seis pupilos, como dice el de la tele, para que a nadie le quedase duda alguna de que esa indecencia ganadera nunca debió venir a Las Ventas. ¿Por qué traen esas malditas Ramblas?¿No hay en todo el campo bravo (sic) alguna ganadería que quiera lidiar en Madrid y hay que recurrir a eso? Recordemos, por favor. El año pasado sólo se lidiaron dos toros, una yunta, de los seis anunciados de las pestilentes Ramblas; al parecer ésa ha sido causa más que suficiente para repetir la misma ganadería, que hoy pasó cum laude el dictamen científico, el sanedrín de la zootecnia, el éste sí, éste no, éste sí, éste no de cada mañana.

    Y para dar fin de ese especie de toros, Julio Aparicio, El Fandi y Perera.
 
De Fandi sólo diremos que dio un mitin para poner las banderillas a su segundo, que eso en un atleta de las banderillas como él es un tremendo baldón. En su primero mostró un costal de vulgaridad banderillera, pero al menos clavó los tres pares. No hay más que decir. Sabemos que es el que más torea y que su apoderamiento está en manos de Call me Toño, rentable trofeo en su diversificada cuadra de toreros, que siempre dicen los de la Bolsa que hay que diversificar.
    
Perera trajo su tauromaquia falta de interés apoyándola en las razones que siempre pone este torero sobre la arena. Comienza con pase cambiado, sigue con muchos pases a la media distancia descargando descaradamente, echando la pata atrás de manera ostensible y huyendo del más mínimo compromiso, y termina en cercanías que a muchas señoras les hacen exclamar:

-¡Ay!
   
Si ese planteamiento le sale bien, hablan entonces los revistosos de lo bien que ha estado Perera. Si no salen las cosas porque el animal se para, se le echa la culpa al bicho y a otra cosa, mariposa. Hoy la cosa le medio salió en su segundo y le falló en su primero. En realidad para algunos la única emoción de la faena era tratar de adivinar en qué momento daría Perera los circulares invertidos. Amagó una vez y en seguida se colocó de espaldas y trazó uno, dos y ¡tres! invertidos de esos, que nos hicieron la mar de gracia y que nos llevaron, en un ensoñamiento, a rememorar los cinco naturales sin enmendarse que le dio Gallito al toro Descarado, número 35, de Martínez el día 3 de julio de 1914. Son esas cosas que se quedan grabadas en la memoria de forma indeleble, los naturales que están a punto de cumplir un siglo del Coloso de Gelves y los circulares invertidos de Perera, que dentro de noventa y ocho años seguro que hay alguien que recuerda que en los albores de la nueva era del toreo profetizada por Espartaco y desarrollada por July -Juan y Julián-, Perera le pegó tres invertidos circulares sin enmendarse al toro Madroño, número 41, de Las Ramblas.

Y Julito, para el final. Julito Aparicio. En su anterior actuación en Las Ventas fue vilipendiado por la horda, quizás con justicia, y entre el embarullamiento del griterío apenas nadie se dio cuenta del trazo impecable y señorial de dos fallidos derechazos que llevaban más personalidad que todo el toreo que llevamos visto en lo que va de temporada en Las Ventas. Julito falló, porque sus condiciones no eran las adecuadas para estar frente al toro de Madrid. Hoy dibujó una verónica sublime, como aquella media que dio al toro de Ortega Cano, para burlarse de los que dentro de muy poco se extasiarán con los lances moranteros del día de la Beneficencia -corrida/aquelarre a la que no pienso asistir, por cierto- y nada más.
 
Casi pareció que iba a ponerse con el sobrero de Fraile Mazas, Madriledo, número 15, pero él mismo se dio cuenta de su incapacidad. Pero Julito no miente, como hacen Manzanares y todos los demás, porque Julito pone a las claras sobre la arena su incapacidad o su temor, pero no simula los farsantes pases travestidos de toreo que hacen babear a las gentes. Julito demanda una enorme atención porque él sólo puede dar instantes fugaces e inolvidables, filigrana y orfebrería, como sólo son capaces de dar los toreros únicos, porque este Julio Aparicio Loreto es el mismo que el día 18 de mayo de 1994 le hizo al toro Cañego de Alcurrucén una de las más emocionantes e inolvidables faenas que jamás hayamos visto, faena que siempre nos acompaña en nuestra afición porque es una de las bases en las que dicha afición se asienta, firmísimo cimiento, y esa faena que, a todos los efectos tuvo lugar anteayer, pues tal es la fuerza que sigue emanando de ella, hace que jamás desde aquel día nos haya sobrado en ningún cartel el nombre del hombre que nos explicó con argumentos demoledores y personalísimos qué es el toreo.
La horda se relamía de gusto a la espera de despedir a Julito a almohadillazos y éste, antes de partir con su cuadrilla en dirección al patio de caballos, pidió a Fandi que le cortase en público la coleta, dando a la Monumental una emocionante lección de desusada torería.
****
Blog Salmonetes ya no...

martes, 29 de mayo de 2012

MADRID: APARECIÓ APARICIO / Por Antolín Castro



APARECIÓ APARICIO

Antolín Castro

S.I.- Sí, esta tarde apareció Aparicio, seguro y solemne se dejó ver, avanzó unos pasos y pidió a sus compañeros de terna, Fandi y Perera, que le cortaran la coleta. Eso fue justo tras el arrastre del último toro de la tarde. Y esa fue su aparición más sonora, más noticiable.

No fue la única aparición de Aparicio en esta tarde que, al contrario que la tarde anterior, justamente hace dos semanas, se hizo presente pronto en el ruedo y con una disposición diferente a la de aquél día. Se abrió de capa en tres toros, recibió tres por devolución de su segundo, y en ellos quiso estirarse. Si no le salieron bien los lances no fue culpa de las ganas, sino más bien de las precauciones. Quería estar arrebatado pero no salía, no podía.

También con la muleta quiso iniciar los muletazos con gracia pero una fuerza superior le tiraba hacia atrás en lugar de hacia delante. El torero sevillano por parte de madre -su padre un madrileño castizo- no lo dudó y en el momento oportuno, cuando ya su definitiva actuación no robaría protagonismo a sus compañeros, echó la pata p’alante y se hizo quitar el añadido. Por supuesto, no somos quienes para juzgar este tipo de decisiones pero tiene mucho de dignidad. El hecho de tener autocrítica significa que no quiere deambular por los ruedos en esas condiciones. Su situación anímica no debe ser algo transitorio. Suerte maestro en su vida privada.

Al final resulta que ese gesto, ese acto, se convierte en la parte más reseñable y emotiva de una tarde plúmbea y falta de emociones serias. Los toros blandos, -devolvieron uno pero podían haber sido dos o tres- mansos, descastados, pero con ese punto de nobleza, lo llaman así, que roza la condición de tontos de remate.

Con ese material es difícil emocionar a nadie, si bien los llegados para ocupar los asientos no abonados, así como los repescados por los abonados ausentes, sí se han emocionado o algo así con los tercios de banderillas de El Fandi o el arrimoncillo, es difícil llamarlo arrimón por las condiciones del toro, de Perera. Están en su derecho de emocionarse, aplaudir o tirarles flores (a Aparicio le tiraron un manojo de habas) si les entretiene y les gusta verles jugar con los toros.

Torear, lo que se dice torear, vimos los lances a su primero del granadino. Ha repetido esas verónicas que le vimos hace años. Lentas, pausadas, con gusto, a un toro que parecía salir ya picado de toriles por su temple en las embestidas. El Fandi lo aprovechó y dio rienda suelta a la verónica en versión gustosa y templada. Luego las carreras, el parear a toro pasado, incluso fallar repetidamente; hoy a pesar de esos aplausos no ha sido su día, pero díganles a los que aplauden que no ha estado bien. Te mirarán como si fueras marciano.

Perera ha estado, es evidente, pero no ha toreado. Su toreo se fundamenta precisamente en que los toros tengan esas condiciones descritas para apoyarse en ellas y dar sensación de valor al estar siempre en las cercanías. Pero ni es toreo ni es el valor que hace falta para estar con un toro encastado si hubiera salido. Por cierto, etapas ha habido en la carrera del pacense en que el encastado era él. No parece que sea esta etapa de ahora. Lo cierto es que falló con los aceros en ambos, de no haberlo hecho lo mismo estábamos hablando de la cuarta oreja en la feria. No fue así, los de Las Ramblas no se merecían, hay toros que sí, irse sin una oreja de esas en Las Ventas.

La Infanta Elena nos acompañó otra vez desde el palco y hoy también le brindaron los tres espadas en la segunda parte, quizá no se enteraron antes. Quedaba raro que tras brindarle Aparicio diera el mitin que dio, pero al final resulta que la ha brindado el último toro de su carrera. Quizá lo supiera ya él y no le pareciera encontrar mejor aficionada para dedicarle su adiós. La Infanta es la última persona que ha tenido su montera en las manos.
***

José Tomás ¿salvador de la Fiesta? / Por José Luis López Marín



José Tomás ¿salvador de la Fiesta?
 Por José Luis López MarínQueridos amigos, cuando ha pasado la Feria de Sevilla, y San Isidro lleva mas de la mitad de sus festejos celebrados, cuando la temporada avanza con la puñetera crisis en lo alto y sin que pasen grandes cosas en las plazas de toros, en el mundo taurino ocurre lo mismo que en un mal partido de fútbol, que siempre el mejor es el jugador que no juega. Pues bien, cuando los grandes puertos de montaña taurinos han pasado, sin que José Tomás aparezca en las alineaciones, sus partidarios dan rienda suelta a postular al torero como mecenas único de la tauromaquia, y comienza a hablarse de nuevo de José Tomas y su comienzo de… ¿temporada?

El empresario sevillano Pepe Cutiño y su socio Joaquín Domínguez, han presentado los carteles, unos buenos carteles, de la feria pacense, en los que aparece José Tomas, que formara terna con Padilla y El Juli, en el festejo del día 25 de Junio, con que el de Galapagar comenzará su temporada de 2012.

Más tarde ha llegado a los mentideros taurinos el rumor de las combinaciones con que los empresarios de Huelva están trabajando para las Colombinas de este año, unas combinaciones que van adquiriendo visos de realidad a medida que avanzan las fechas. En estos carteles se especula con la contratación de José Tomas y Morante, en un atractivo mano a mano y otro no menos atractivo entre El Juli y Manzanares.

El día en que se anunció el acontecimiento de Badajoz, ya declaró su apoderado Salvador Boix, que actuaría en pocas corridas, donde primaria la calidad, y que la participación de su torero en la plaza pacense y en otras plazas españolas, era un revulsivo para la fiesta y la temporada. ,”…para generar ilusión y expectación entre la gente, que falta hace”

No hay duda que tanto el acartelamiento de Tomas, junto a Padilla y El Juli, en Badajoz, como los inventos de “mano a mano” entre los figurones del escalafón en Huelva, no van a pasar inadvertidos entre los aficionados, y que la participación de los Morante, Juli o Manzanares en estos festejos, siempre que se busque un ganado apropiado, puede ser un revulsivo para nuestra alicaída campaña. Pero pensar que este revulsivo puede ser la participación de José Tomas en siete, nueve o diez festejos de una temporada larga como la española, que comienza en Castellón y Valencia en el mes de Marzo, y termina por el mes de Octubre, en Zaragoza y Jaén, sin haber pasado por Sevilla y Madrid, creo que cuanto menos, es irrespetuoso para aquellos matadores que se baten el cobre con todos los toreros del escalafón y dan la cara en todas las plazas importantes.

Sin pretender quitarle al diestro de Galapagar ni un ápice de lo gran torero que es, no se le puede arrogar la salvación de nuestra Fiesta, haciendo el paseíllo en nueve ocasiones y en plazas que, con todos los respetos, no son las de mayor responsabilidad, precisamente

La temporada pasada, comenzó el 23 de Julio en Valencia, continuó el 3 de Agosto en Huelva, el 7 en Bayona, el 12 en Gijón, el 19 en Ciudad Real, el 29 en Linares, el 8 de Septiembre en Valladolid y el 18 en Nimes, para finalizar su efímero periplo en Barcelona, el 25.

Como verán, el pasado año se le pasó sin hacer el paseíllo en las grandes ferias, y este, ya han pasado Sevilla y Madrid sin su comparecencia, le va a pasar igual.

¿Se puede ser una gran figura sin torear en Sevilla, Madrid, Pamplona o Bilbao? ¿Puede alguien arrogarse ser salvador de una crisis taurinas con estas actuaciones? Creo que Tomás puede revolucionar el cotarro local, el de la ciudad donde toree, pero pretender convertirlo en el gran adalid de nuestra fiesta, es otra cosa.

Hasta el lunes y que Dios reparta suerte
***
Sevilla Toro

MADRID.-17ª de Feria. Festín de cuadrillas alrededor de una oreja


Lo mejor de la tarde, los pares de Fernando Sánchez, tercero de la cuadrilla
de Gómez del Pilar, el chico de la oreja

Festín de cuadrillas alrededor de una oreja

 
José Ramón Márquez

Siempre estamos a vueltas con que esto de los novilleros ha perdido también la cordura, que casi todos vienen a Madrid como figuras consagradísimas y a punto de la retirada más que como jóvenes ansiosos de abrirse paso en el mundo taurómaco aunque sea a cabezazos. Es verdad que lo de la proximidad de la retirada es muchas veces una dura realidad, que a una buena porción de los que pasan por esta Plaza de la Oportunidad en que ha devenido Las Ventas, lo que les queda tras su paso por la cátedra sin haber puntuado es el fin de las ilusiones.
    Sin ir más lejos, el otro día vinieron a Las Ventas tres novilleros dándose una importancia grande y se fueron lo mismo que habían llegado. Hoy la cosa fue distinta, ya que al menos dos de los novilleros anunciados quisieron dejar el sello de sus ganas y de su disposición. A fe que esto no es lo que parecía cuando hicieron el paseo, que iban tan despacito, tan introspectivos, que parecía que no tenían ganas de que empezasen a salir los novillos; pero eso fue tan solo una ilusión, porque luego los chicos se ganaron las simpatías del público con sus cosas.

    En los chiqueros y bajo la custodia del Ilmo. Sr. D. Florito, había seis de Guadaira, procedencia Jandilla, uno negro y cinco castaños, bien parejos de hechuras, de edad y de pesos; lo que se dice una corrida bien presentada. Para dar fin de ella se anunciaron Alberto Durán, Gómez del Pilar y Damián Castaño.
    
Como dicen por ahí, a Alberto Durán le tocó pechar con el peor lote. El primero, el negro que atendía por Platanero, número 50, tenía una gran debilidad y se defendía a cabezazos. No es que quisiera coger, es que al bicho sólo con ver la muleta cerca, ya se agobiaba y entonces el animal para sacudirla de su presencia la pegaba un cabezazo, que eso le cansaba menos que dar dos pasos. El bicho no podía ni con el rabo y el trabajo de Alberto Durán, ataviado con un tremendo vestido verde botella con cabos negros, se ciñó a poner la muleta delante del bicho para que se desfogase con sus cabezazos, descubriéndose un par de veces y llevándose el  par de sustos correspondiente. Era su segundo, Candil, número 44, un toro que exigía más de lo que Alberto estaba dispuesto a dar esta tarde. Pedía Candil a gritos decisión y oficio, pedía que se le bajase la mano y que se le llevase sometido y toreado y Alberto Durán optó por torearle a la media altura en pases de acompañamiento; pedía Candil que se le pisase un poco el terreno y Alberto Durán prefirió aliviarse pensando, quizás, en que ahora tiene unas novilladas firmadas a costa de sus dos precedentes tardes en Madrid, que serán la antesala de su alternativa y que no era ocasión de jugarse una posible cornada sin ton ni son. Hay veces en que si el toro no embiste debería embestir el torero y eso es lo que esperábamos de este Alberto Durán que antes de feria había traído el aroma del buen toreo a Madrid. Claro es que hoy era imposible explicarle a un feriante que ese torero anodino y vulgar que estaba viendo había hecho el toreo bueno hacía menos de un mes en la misma Plaza para cuatro aficionados y seis autobuses de japoneses. Digamos que Alberto Durán es quien hoy nos llevó a la Plaza y la contemplación de sus dos trasteos nos sumió en una ligera melancolía, pues siempre pensamos que los taurinos que rodean a estos chicos son los que con sus nefastos consejos les arrebatan el alma a cambio, casi siempre, de nada. Esperamos a Alberto Durán en su próxima cita en Madrid, si acaso vuelve de novillero, y le deseamos sinceramente que se mantenga firme en los argumentos tan sobrios que ya demostró y que trate de ser fiel a un estilo que, hoy por hoy, sólo lo practican entre los de la novillería él y Gonzalo Caballero.

    Gómez del Pilar es un novillero ya algo mayor. Los que empezaron con él ya están todos con sus alternativas y él vino a Madrid a dar su do de pecho en plan novillero bullidor. La verdad es que se agradece su disposición a sacar la tarde del tedio, pues hay muchísimas personas que en los toros se aburren como ostras y ver a un muchacho como éste les da una alegría enorme, por lo que echa a la arena de desparpajo y de frescura en este largo serial taurino, que es comprensible que para muchos, que acaso no tengan esta desaforada afición, se les debe hacer de lo más cuesta arriba esto de la Feria.
Gómez del Pilar recibió a sus dos toros frente al chiquero, de hinojos, como decía Matías Prats, les hizo fantasías capoteras, dio también a uno la media de hinojos, principió la faena a su segundo con más hinojos, en ambos dio pases y más pases, se metió a las gentes en el bolsillo y no salió a hombros sólo porque mató rematadamente mal. Además tuvo la enorme fortuna de que le saliera un toro llamado Hortensio, número 64, que era la máquina de embestir. A ese toro lo lidió soberanamente Iván Aguilera. En el capote del peón ya se vieron las condiciones del animal, el viaje largo y templado, la forma de meter la cabeza, la manera de quedarse colocado esperando el cite y la ausencia de malas intenciones sobre su matador. Las condiciones del animal eran óptimas para el toreo de muleta y la excelente brega de Aguilera no hizo sino mejorarlas aún más si cabe. Ante tal toro soñado, Gómez del Pilar puso lo que sabe: su desparpajo juvenil y su toreo de ir y venir sin cuenta ni razón que encandiló a los tendidos. Sacó unos estimables pases por alto -mejor ese nombre que el de ‘pases de pecho’, pues el de pecho es tal sólo cuando el torero está totalmente cruzado al toro- muy largos, enroscándose al toro desde afuera hacia adentro y de abajo hacia arriba. El conjunto de la labor de Gómez del Pilar entusiasmó a las gentes. Uno de detrás decía:

-La mejor faena de la feria.

    Y el hombre aquél lo mismo se creía lo que estaba diciendo. Para el aficionado, sin embargo, lo principal es que ahí no hubo faena sino un conjunto nutrido de pases dados al toro que le tenía que haber encumbrado, y que sin embargo dejó totalmente al aire las deficiencias del torero.

    Damián Castaño, hermano de Javier Castaño, tuvo enfrente dos toros nobles que sin ser de la extraordinaria condición del de Gómez del Pilar, hubiesen servido para que dejase muestra de su sello como torero. El hombre anduvo bien dispuesto y apuntando siempre también en la dirección de la neotauromaquia asquerosa que nos come por los pies día tras día. Como no revela una personalidad propia, ni hace nada reseñable distinto de tantísimos otros, todos sus esfuerzos son vanos, porque toda su labor se desvanece de la memoria antes de haber abandonado la Plaza. La faena a su segundo la inició también de hinojos y vive Dios que me encantaría recordar algo de este torero para ponerlo aquí, pero es que su labor ya se borró de la memoria y lo que mejor recuerdo es el oro viejo de su vestido.
    
Lo mejor que tuvo la tarde de hoy es que fue un auténtico festín de cuadrillas, especialmente de la de Gómez del Pilar. De los montados, Juan Pablo Arribas picó con gran eficacia al segundo y de entre los de plata ya se reseñó antes la excelente brega de Iván Aguilera en el quinto, pero no le fue a la zaga David Adalid lidiando perfectamente al sexto. Y con los palos Fernando Sánchez, tercero de la cuadrilla de Gómez del Pilar, que se fue a buscar al toro que estaba en el burladero del 9, se puso junto a las tablas hacia el 10 y se marcó un par al sesgo, con todas las ventajas para el toro, que fue una estampa de La Lidia, de aquellas épocas cuando los de plata sentían el honor de la coleta y los matadores no sentían celos de los aplausos de sus peones.
*** Blog Salmonetes ya no...

Fernando Sánchez
Patillas (y un par al sesgo) de La Lidia

19ª de San Isidro: Gómez del Pilar un torerazo / Por Antonio Lorca



Gómez del Pilar un torerazo

"...Tomó la izquierda, la mano de la verdad, la de los billetes verdes, que decían los antiguos, y lo que brotó entonces fue toda una sinfonía de toreo sobrenatural..."

Antonio Lorca
29/05/2012.-Cuando el novillero Gómez del Pilar, un madrileño de 23 años llamado Noé Gómez Rodríguez en la vida civil, se perfiló para matar al quinto de la tarde tenía abierta de par en par la puerta grande porque estaba a punto de culminar la faena de la feria, una actuación completísima, magistral y pletórica de principio a fin. Porque el tal Noé toreó como los ángeles con capote y muleta; y no solo eso: expresó una entrega total, una decisión desconocida, con un pundonor y un arrojo dignos de todo elogio. Y lo que es mejor: toreó maravillosamente, con un sentido excelso del temple, embebido siempre el toro en el engaño, largos y hondos los muletazos, y remató las tandas con los más hermosos pases de pecho que imaginarse puedan.

A sus dos novillos los recibió de rodillas en la puerta de toriles. A ese quinto lo veroniqueó después con galanura, con las manos bajas, gustándose de verdad. Lo llevó al caballo en un personalísimo galleo por chicuelinas, y cuando tomó la muleta ya estaba la plaza entera expectante.

Y no fue para menos. Inició la faena por alto, y en el primer pase tuvo necesariamente que notar el calor del pitón rozándole los muslos, pero el torero ni se inmutó. Tomó la izquierda, la mano de la verdad, la de los billetes verdes, que decían los antiguos, y lo que brotó entonces fue toda una sinfonía de toreo sobrenatural. Dos naturales destacaron, de trazo superlativo; pero la siguiente tanda fue perfecta, honda, emotiva, y magníficamente abrochada con el pase de pecho. Era una delicia comprobar cómo tomaba de largo la embestida del noble y encastado novillo, y la llevaba, arrastrando por la arena la franela hasta su misma cadera en un semicírculo sin fin. Hubo un desarme, un enfado, un grandioso pase pecho y otro del desprecio que volvieron a conmover a todos.

Buenos derechazos en el tramo final, pero a años luz de la belleza de los naturales, y unos ayudados por bajo preñados de gracia y empaque.

Cuando Noé se perfiló se habían vivido unos momentos de gloria, de torería, finura y genialidad., Unos momentos de esa indescriptible felicidad que puede provocar la belleza del toreo.

Pero ya se conoce el final: Gómez del Pilar falló y se cerró la puerta. Su enfado fue monumental, solo comparable a la decepción de los tendidos, que habían rugido de gozo y ansiaban la culminación de aquella obra de arte.

Todo eso ocurrió ante ese magnífico novillo quinto, pero vean lo que ocurrió en el segundo: lo esperó de rodillas en toriles y el animal le robó el capote. Se lució en un quite por zapopinas, brindó al público y volvió a hincar las rodillas para pasarlo con la mano derecha. Ya inhiesto, lo muleteó con soltura por derechazos, y esa primera tanda la cerró con un pase de pecho de pitón a rabo, a cámara lenta. Una auténtica maravilla. Y no acabó ahí la cosa: continuó por naturales, siempre cruzado y la muleta plana, y cerró la historia con unas bernardinas y otros dos de pecho del mismo tenor que los tres anteriores, pues fueron cinco en total, a cual mejor, en la más pura esencia del pase de pecho y no del sucedáneo que hoy se prodiga. Mató mal de nuevo, pero dejó una gratísima impresión en la plaza.

En fin, que hay que tragar muchos pestiños para disfrutar una tarde; y lo de ayer fue muy gordo. Este Noé tiene madera de torero grande; aunque deberá afilar la espada, por la cuenta que le trae.

Le acompañaron Alberto Durán, que no tuvo la suerte de cara, y se le vio tristón, a pesar de sus buenas referencias; y David Castaño, valiente y entregado, que no llegó a entenderse con su lote.

Novillos de Guadaira, bien presentados, bravos en los caballos, blandos y nobles. Destacaron segundo y quinto por su nobleza y casta. Una novillada de calidad.
Alberto Durán: casi entera (ovación); bajonazo (silencio).
Gómez del Pilar: dos pinchazos y estocada caída (ran ovación); pinchazo y estocada (oreja).
Damián Castaño: estocada caída (silencio); pinchazo y estocada (silencio).
Plaza de las Ventas. 28 de mayo. Decimonoveno festejo de feria. Tres cuartos de entrada.
***

Camina, dando tumbos, pero no revienta / Por Pedro J. Cáceres


Morante confirma alternativa al mexicano Juan Pablo Sánchez

Camina, dando tumbos, pero no revienta

PEDRO JAVIER CÁCERES 
es crítico taurino y periodista. 
Luchando contra las sustituciones y la falta de espectáculo San Isidro sigue su curso.
“En el tipo de la casa”: sustituciones obligadas por cogidas, ganaderías bajo mínimos, remiendos incompresibles como en la novillada de Fuente Ymbro (del popurrí no salió un mal encierro) y cierto desgaste y desesperanza en el público.

Con todo y con ello esta semana ha registrado un 93,60% de ocupación, pero habrá que extrapolar datos de cierta relevancia: si bien las corridas estrellas de martes y miércoles estuvieron condicionadas por la devolución, las sustituciones de Fandiño por Castella y Talavante por Cayetano cayeron bien, pero sobre todo el miércoles, con Morante en el cartel no hubo demanda como antaño, lo mismo el martes, pese al lleno con El Cid y Perera (más el mentado Fandiño).
Preocupante las más de quinientas personas que faltaron el jueves para la reaparición de Castella, Luque y la confirmación de Silveti.

El espectáculo, como siempre, estuvo ayer sábado con las figuras del rejoneo. No pudo ser más por culpa de los rejones de muerte y el mansote y desigual comportamiento de los toros de Los Espartales.
Diego Ventura abrió la Puerta Grande con las dos orejas de su primero y Hermoso de Mendoza, en actuación de importancia, le arrancó la oreja a su primero.
Para ello, y me alegra comentarlo, además de las brillantes actuaciones de los caballeros tuvo que sumarse un palco (Manuel Muñoz Infante) con sensibilidad y tacto, ecuanimidad y presidir a favor del espectáculo, sin concesiones frívolas pero con equilibrio. Sentido de la ubicación, respetando al público. Supo ver la importancia de la faena de Pablo a toro manso para con los pañuelos justos dar la oreja. Luego, no se refugió en esperar a dar la primera a Ventura para ante la petición de la segunda, a tiempo, no temblarle el pulso para concederla, pese a las dos "desclavadas" de banderillas. Lo pidió el público atendiendo a la labor de conjunto.

No comenzó mal la semana, lunes, pese al “descalzaperro” y mestizaje de la corrida anunciada de Bañuelos, al final tres toros devueltos y cinco hierros, un buen sobrero de Carmen Segovia y la bravura del 4º de Bañuelos en el caballo (ahí se quedó) son de destacar en tarde de llamada de toda atención de Morenito de Aranda, espléndido de expresión, muy decidido y con ganas que se le abran puertas, su calidad y concepto puro del toreo ya lo conocemos. Cortó la única oreja de la semana, la tercera en toda la feria de matadores de a pie.

Una brizna de esperanza, brotes verdes, hubo el martes con la corrida de Alcurrucén, la mejor de lo que va de feria, lo que no tendría mayor relevancia; es que fue muy bien presentada y buena en líneas generales, muy encastada; ¡este es el toro de Madrid!
Nula la de Juan Pedro, a penas un toro de Cuvillo y lo comentado de la novillada donde lo más preocupante es ver el estado de los novilleros, quieren pero poco saben y menos pueden; y eran tres de la cabeza del pelotón.

Con gafe y sin gafe la botella de este San Isidro 2012, hasta el momento, no permite, objetivamente, verla ni siquiera medio vacía. Sí, subjetivamente, “un culín” de poso y mosto; “madre”.

Contado lo de Morenito de Aranda, la semana ha sido de Castella…y luego Perera.

Castella (“Napoleón”) culminó, sin espada, una feria de sangre y gloria e hizo, probablemente —y hasta el momento- la faena más completa y mejor al buen toro de Cuvillo.
Sirve, junto al serio arrimón, esta vez con más cabeza que corazón, de Perera (con el lote de Alcurrucén más deslucido) para ampliar el raquítico grupo de élite de las figuras que sirve de reclamo para tirar del público a medrar por los alrededores de las taquillas.

Esperanzadora confirmación de Juan Pablo Sánchez como el beneficio de la duda, por falta de fortuna con su lote, para el otro novel mexicano Diego Silveti.

Toda vez que El Cid se conforma con la zona templada (se le respetó con cariño pese a tener lote que nos recordara a El Cid de no hace mucho, al menos el 4º Alcurrucén) y la espera para que le salga el toro ¿Juan Pedro? a Morante (a penas media docena de lances dispersos, un par de medias y un quite “del pendón” interruptus) parece demorarse.
Sin noticias de Ponce y con José Tomás anunciando campaña de perfil bajo y por goteo, nos quedaba poco en que refugiarnos: Juli, Manzanares….
Melancólico, aunque correcto, Talavante con la “pedrada de Juan”.
Por ello, quizá no sea mucho pero valoremos la dimensión que supone lo de Castella y Perera en esta feria. Y a Perera le queda otra el próximo martes.

A Fandiño le pesó torear con dos compañeros no habituales y aunque muy dispuesto anduvo ansioso toda la tarde, acelerado en el bueno de Alcurrucén y algo inquieto y desnortado en el “malo”, que, curiosamente, hasta ahora era su registro.
Tarde en que la tauromaquia de Luque, una vez ya no sorprenden las ganas y los arrimones, “no es de este ruedo”.

Zotoluco no hizo ruido y Urdiales, serio pero sin el toro que necesita para romper, fue el lunes y parece hace un siglo.

Una semana, esta mía en elimparcial.es que alboreó entre tormentas, material eléctrico, rayos y centellas; agua a mantas. Tronando el cielo y abriéndose las carnes del que dicen es el mejor piso plaza del mundo.

El domingo “dantesco” de “Guardiolas” puso a prueba, al límite, la profesionalidad y la vergüenza torera de un Fundi en despedida, un Uceda veterano (que no pasaron de nada) y un Rubén Pinar a por todas.
Una semana después no se me van de la cabeza las secuencias de imágenes de más de dos horas de heroicidades, no todas, puntualmente, suficientemente comprendidas y valoradas.

A El Fundi le sonaron los amargos tres avisos. La empresa no dudó, diligente, y supongo que con la mejor voluntad, en apresurarse a anunciar el ofrecimiento de la Feria de Otoño para que el de Fuenlabrada pudiera tener su despedida, no digna, demagogia pura, sino como se merece. El matiz no es baladí.

¿En otoño? ¿Cómo? ¿Con la ganadería de Escolar y compañeros habituales de más de cinco lustros de fatigas para que resultase una cosa familiar e íntima? O ¿convencer a Juli, Manzanares, Talavante con una corrida de “ellos” para arropar al maestro en fecha tan marcada?

El Fundi, es nacido, criado y vivido en Fuenlabrada, que por el momento es provincia de Madrid y no una pedanía de Triana

Doña Esperanza Aguirre
Presidenta de la Comunidad de Madrid:

Puesto que la corrida de Beneficencia la ordena usted pese a correr con las pérdidas la empresa, pero la ordena usted, según reza el pliego
¿le importaría ordenar (aunque fuera a cargo del suculento canon) que pusieran dos toros más para la inclusión de El Fundi y tuviera de verdad la despedida que se merece en la corrida más importante del año en Madrid?

Me contesta, Sra. Presidenta.

O mejor contéstele a la afición y a El Fundi le de una explicación convincente….

Si es que la tiene, que me temo que no…Sra. Presidenta.
****