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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 19 de marzo de 2013

Reloj, no marques las horas / Por Álvaro R. del Moral

Ofrenda floral a San José

"...un año taurino que se abre bendecido por el cayado florido del carpintero de Belén mientras toda España mira al cielo y sueña con la inminente Semana Santa, la otra fiesta nacional..."

Álvaro R. del Moral 
Patriarca bendito, señor San José… La cremá de las fallas de la capital valenciana saludará esta misma noche la entrada de la Primavera con un fuego milenario: es un nuevo ciclo vital; un año taurino que se abre bendecido por el cayado florido del carpintero de Belén mientras toda España mira al cielo y sueña con la inminente Semana Santa, la otra fiesta nacional. Concluye el ciclo valenciano, primer puerto de la gran temporada y lo hace brindando varias reflexiones y muy pocas certezas. La particular mascletá que había tapado el escaso pulso de los carteles montados por monsieur Casas -torismo, novilladas y supuestas figuras- ha mostrado sus carencias y sus virtudes; sus debilidades y sus propias fortalezas. Merece la pena darles un buen repasito.

De los carteles interesantes… Podemos comenzar con la esperanza, pintada de verde intenso, que ha inspirado la actuación de las renovadas promesas del escalafón novilleril. Pero el concurso del gran público no ha acompañó esta loable iniciativa a la que siguió un presunto y aburrido tramo torista -Adolfo Martín, miuras decimonónicos, ¿Alcurrucén? e interesantes toros de Fuente Ymbro- que tampoco captó mayor atención que la que cabía esperar aunque la cosa se animó en parte con los toros de Ricardo Gallardo. Ya se sabe: los adeptos al torismo oficial hacen un ruido de mil demonios pero caben en un taxi. Y es que el personal -con el frío que hacía- dejó pasar algunos carteles que deberían marcar las opciones de futuro y que, desgraciadamente, han permitido atisbar lo que se avecina en el gran circuito en esta temporada de la crisis: ruina pura y dura fuera de las tardes en las que se acartelen sin fisuras las escasas figuras con tirón de la yema del escalafón. Es lo que pasó cuando se juntaron Manzanares, el tardón Talavante, Castella, Perera o, previsiblemente, ocurrirá esta tarde en el día grande de San José que cierra las Fallas con Ponce y Morante. Pero, ¡cuidado!, también se hinchó el boletaje con los denostados Fandi o El Cordobés, acartelados con un Finito petroleado que ha alegrado las pajarillas a mis cuates. Ganaron por goleada -en las taquillas- a otros carteles y a otros nombres que sobre el papel y en los comentarios de las redes aparecían como ejes del ciclo. En cualquier caso, más allá de la apuesta de Fandiño, la resistencia de Mora y el buen tono de los grandes ha quedado una cosa más que clara: la gente quiere ver toros, sí, pero se apuntan a lo poco que pueden pero sobre todo a lo bueno.

Del buen rollito y la impuntualidad. La comentada tardanza de Alejandro Talavante en llegar a la plaza de Valencia -puerilmente empeñado en apurar al límite los minutos previos a liarse el capote- no deja se der un reflejo de esa deriva buenrollista de la que tampoco se salva la fiesta de los toros. Es preferible dejar esperando a doce mil almas que poner la cara colorada a un joven torero que se ha pasado por el forro de la montera uno de los parámetros más elementales de la educación taurina, con o sin atasco en la calle Játiva. Tampoco es de extrañar en estos tiempos en los que se discute la primacía de la antigüedad para abrir carteles. Se busca solucionar problemas -que no lo son- añadiendo otros que enredarían el tradicional turno y romperían moldes que han sido aceptados por todas las figuras, en todas las épocas. Pero ya digo, el buen rollito imperante ha roto demasiados moldes. En otros años, con otros nombres propios habrían asado sin contemplaciones al samurái dimisionario y además con razón ¿Alguien imagina a Antonio Ordóñez, Paco Camino, Manzanares padre, Paco Ojeda o Emilio Muñoz esperando al tercero del cartel para comenzar el festejo estrella de las Fallas? Yo no. Por cierto, este Observatorio aparca brevemente el batiscafo en Semana Santa. Nos volveremos a levantar el antifaz el Martes de Pascua. Sean felices…
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