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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

miércoles, 18 de junio de 2014

¡POR DIOS, DON EDUARDO! / Pla Ventura

"... ¿O acaso aquello no era un milagro? ¡Por supuesto que sí! ¿Quién lo podía dudar? El camión trajo los Miura a Nimes, nadie sabe para qué; pero El Juli, en el maletero de su “furgoneta llevaba” los Garcigrande por si acaso, y le salió bien la jugada..."


¡POR DIOS, DON EDUARDO!
  • Como fuere, nadie lo sabemos, pero sí todos estamos convencidos, señor Miura, que usted no debe permitir nunca más que El Juli lidie una de sus corridas; le busca la ruina al más alto nivel.

Pla Ventura
Días pasados, mediante la celebración de la feria de Nimes aconteció algo que jamás antes había sucedido en la vida y, por supuesto, en la trayectoria ejemplar de la ganadería de don Eduardo Miura. Tres toros de su divisa fueron devueltos a los corrales por flojos y derrengados; lo que digo, todo un lamentable suceso que jamás antes había ocurrido. Para que nos hagamos una idea, en esos mismos días, un toro de Miura era proclamado como el toro triunfador absoluto de la feria de Madrid, lidiado, eso sí, por Javier Castaño.

Mientras en Madrid se había programado una auténtica corrida de toros con el hierro de don Eduardo Miura, en Nimes, el hierro era el mismo pero uno de sus lidiadores no era otro que Julián López El Juli. ¡Qué casualidades nos depara el destino; torea El Juli los Miura y éstos se caen por los suelos como si fueron pelotas de goma!


O sea que, de seis se lidiaron tres, uno para que El Juli se ridiculizara a sí mismo. Y la exclamación es evidente: ¡Por Dios, don Eduardo! ¿Qué pasó cuándo fueron a Zahariche a elegir los toros? ¿Qué trato se les dio en el camino hasta Francia? Díganos, don Eduardo, ¿quién acudió a su casa para elegir dicha corrida? Mil preguntas de las que jamás tendremos respuesta.

Por lógica, por ética, con honorabilidad, quiero creer en la inocencia de don Eduardo y su hermano Antonio, caballeros ejemplares dentro de la camada brava, ahí está su ejemplar historia que lo dice todo.

Como fuere, nadie lo sabemos, pero sí todos estamos convencidos, señor Miura, que usted no debe permitir nunca más que El Juli lidie una de sus corridas; le busca la ruina al más alto nivel. Las pruebas de Nimes son concluyentes. Haga memoria, don Eduardo, ¿se acuerda usted de algo similar a lo largo de su limpia y honrada trayectoria como ganadero? Se pueden caer y salir flojos los toros que matan las figuras, que por eso los matan; pero que se derrumben los Miura hasta el punto de tener que devolver tres ejemplares. Eso mosquea a cualquiera; no hace falta ser muy inteligente para adivinar todo lo que allí pasó.

Hace dos años, el día que en Nimes, Javier Castaño mató los seis ejemplares de Miura no se cayó ninguno; es más, resultó ser un festejo tan apoteósico como inolvidable.

La parodia estaba servida en Nimes. Pero como eso no lo sabe nadie ni tampoco es “denunciable” ante los juzgados de guardia, allí se palpó la farsa. Por lógica, ante las devoluciones de los Miura, éstos tenían que haber sido suplidos por toros de Escolar, Dolores Aguirre, Adolfo Martín…… hierros similares al que había anunciado y, milagros del destino, los que tenían como sobreros eran de Garcigrande.

Para que luego digan que no existen los milagros. ¿O acaso aquello no era un milagro? ¡Por supuesto que sí! ¿Quién lo podía dudar? El camión trajo los Miura a Nimes, nadie sabe para qué; pero El Juli, en el maletero de su “furgoneta llevaba” los Garcigrande por si acaso, y le salió bien la jugada. Todo un milagro del que, el diestro madrileño se siente tan orgulloso, no es para menos. Alabado sea Dios, entonces.

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