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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 19 de noviembre de 2015

Sevilla en vías de normalidad / Por Paco Mora







"...Esperemos que las figuras sean conscientes de que los tiempos en la cuestión crematística no están para tirar cohetes, que en cuanto a las ganaderías deberían abrirse más si no quieren que su contratación sea un calvario para todos y perder el respeto de la afición.."

Sevilla en vías de normalidad

Parece que la cosa pinta bien. Salvo catástrofe de última hora, todos los que durante los dos últimos años han desertado de esa emblemática plaza volverán a ella con todos los honores.

Por la modélica entrevista que ha firmado en Aplausos esta semana su director José Luis Benlloch, sabemos por fin de primera mano la temporada que proyecta para La Maestranza su actual responsable Ramón Valencia. Parece que la cosa pinta bien. Salvo catástrofe de última hora, todos los que durante los dos últimos años han desertado de esa emblemática plaza volverán a ella con todos los honores según su categoría y merecimientos. Si bien debe quedar claro que tanto Morante como Manzanares son los dos grandes “consentidos” del coso del Baratillo, por razones obvias. Luego vendrán las negociaciones en lo referido al dinero, toros, días y compañeros de cartel.

Esperemos que las figuras sean conscientes de que los tiempos en la cuestión crematística no están para tirar cohetes, que en cuanto a las ganaderías deberían abrirse más si no quieren que su contratación sea un calvario para todos y perder el respeto de la afición, y en lo que afecta a los compañeros cabe desear que los consagrados dejen paso a los que llegan “en nombre del Señor” porque siempre ha sido así y así debe seguir siendo para la normal renovación y continuidad de la Fiesta. En cuanto a los días, precisamente las figuras tendrían que acostumbrarse a escoger los más duros y difíciles porque sus nombres pueden lograr que no lo sean tanto. Claro, que eso tiene un trámite; el de transigir con una ley de oro en todos los negocios del mundo. Que no es otra que cobrar según el volumen de las ganancias que se generan. Y eso en el toreo es fácil averiguarlo; basta con comprobar si en las taquillas hay alegría o telarañas. Lo de los maestrantes dejémoslo a un lado porque con las piedras no se puede razonar.

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