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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

domingo, 5 de febrero de 2017

Jamás, jamás, jamás.., nadie ha toreado como Ponce anoche en La México / por Pedro Abad Schuster


Iremos mostrando textos, vídeos e imágenes según nos vayan llegando

ZOTOLUCO SE CORTA LA COLETA. ABSOLUTO MAGISTERIO DE ENRIQUE PONCE


Jamás, jamás, jamás.., nadie ha toreado como Ponce anoche en La México

Vimos a Zotoluco en su encerrona en Guadalajara hace algunos años, el día que un toro de salida se estrelló de frente contra el burladero y resultó muerto al instante; también lo vimos numerosas veces en la Feria de San Marcos en Aguascalientes y en Tijuana y Mexicali, siendo cabeza de cartel y quien llevó el peso de la Fiesta en México junto a Eloy Cavazos y Jorge Gutiérrez, entre otros. Fue el torero referente en México, antes de la llegada de los jóvenes de Tauromaquia manejado por el hermano del Yiyo. Hace como 8 años estuvo a punto de retirarse por su excesivo número de corridas programadas por su anterior administración. Cambió de Apoderado y con Alejandro Silveti su camino por los ruedos fue más dosificado hasta haber completado 30 años de alternativa. Su actuación este sábado 4 de febrero del 2017, la tarde noche de su retirada definitiva del toreo, le hizo cortar una oreja de ley habiendo convocado junto al Maestro Ponce casi 30,000 espectadores. 


Ponce estuvo en plan grandísimo como últimamente lo hace en las plazas que lo convocan. Es un torero de época, caso único en la historia del toreo, tal como lo fundamentó Giraldés durante la transmisión televisiva, recogida en el video. La transmisión por TV de cable nos trajo información de este maestro de maestros, sus dos actuaciones sensacionales (su último toro fue un manso desclasado imposible para el lucimiento); y el legado que deja en México Zotoluco.


Anexamos el inicio de la corrida, la despedida de Zotoluco con el corte de coleta y la actuación de Enrique Ponce con el cuarto de la tarde, que hubiera merecido 2 orejas y rabo posiblemente, de matar acertadamente y el faenón con su primero para dos orejas y salida a hombros. 
(Videos: dar doble clic izquierdo encima d e cada Link).

ZOTOLUCO SE CORTA LA COLETA – 1ra. Parte – 6to toro de la corrida https://youtu.be/Gr9kG5Msei4
 MAGISTERIO DE PONCE


Antología de Ponce en el emocionante adiós de Zotoluco

Rompió a llorar Zotoluco cuando sus hijos le cortaron la coleta tras estoquear al quinto. Lágrimas pesadas de un hombre de ley derrumbado ante un ’embudo’ entregado.

El toro de su despedida llevaba por nombre ‘Toda una historia’. Gran resumen a una vida volcada a la profesión. En los medios, toreando en redondo, el maestro de Azcapotzalco se sintió por última vez. De repente, se hizo el silencio, se apagaron las luces, el público activó las linternas de sus celulares y arrancó a sonar ‘Las Golondrinas’ con las que despide a los más grandes. Y el hombre se hizo débil. Le costaba respirar. Se paró, miro al cielo, agradeció el detalle con la mano en el corazón y sigo toreando. Ni el fallo a espadas emborronó el adiós soñado.

No sólo hubo lágrimas por el adiós de Zotoluco. Los 30.000 espectadores congregados en la Monumental enloquecieron con el magisterio con mayúsculas de Enrique Ponce. “Una de las tardes más mágicas mías en México”, confesaba el propio torero una vez consolado su desánimo por pinchar una faena de rabo.
Fue frente al cuarto, de nombre -no sin guasa- ‘Tumba muros’, con el que comenzó genuflexo con sumo mimo. Le costaba tomar la muleta al de Fernando de la Mora pero una vez que lo hacía, se iba hasta el final. Era clave llevarlo enganchado, que no parase, y en eso -como en otras tantas cosas-, Enrique Ponce es especialista. Lo bordó en tablas y los oles duraban casi tanto como los muletazos.
En ese momento, ya de alto nivel, nadie esperaba lo que iban a presenciar después. Una sinfonía poncista en su máxima expresión. La cumbre de todas las cumbres. Aguantó el maestro de Chiva un parón, se enroscó al toro y, sin inmutarse, se cambió la muleta de mano para enlazar un natural infinito. Rugió la plaza. Y el incansable maestro inició ahí otra faena.

Ni de salón se torea más despacio ni más relajado. Imposible. La cámara superlenta, pero mucho más. Se olvidó Ponce de su cuerpo, toreó con el mismísimo alma y abandonado lo dejó todo en manos del sentimiento. Qué locura. Hasta cinco veces levantó al público de los tendidos. La última, con una poncina perfecta que terminó por convertir aquello en un manicomio.
Si sería grande lo realizado que hasta después de ocho pinchazos, el maestro fue obligado por aclamación a dar una de esas vueltas al ruedo que nunca se olvidan.

La tarde se sostiene sobre los hitos del adiós de Zotoluco y la faena de otra galaxia de Ponce. Pero hubo mucho más. Por ejemplo, que el valenciano había desorejado a su primero tras otra soberbia faena.

Pronto y en la mano amarraría el triunfo. Se desmayó ya en la apertura, suave hacia medios, donde el toreo se impuso en dos tandas de ensueño en redondo.

‘Venadito’ traía consigo mejores inicios que finales. Compuso Ponce la figura y se esforzó por rebozarse al toro aprovechando los adentros. Bajo esos parámetros surgieron las poncinas, interminables también. Dos encadenadas pusieron la plaza en ebullición. Y esa respuesta en pie, al unísono, provocó una explosión de júbilo que aún se escucha. La estocada en todo lo alto le puso en la mano las dos orejas.

El ensabanado sexto tuvo nobleza. El celo y el ritmo que le faltaba se lo impuso Ponce con su varita mágica particular. Lo volvió a meter en la muleta, si bien no logró esta vez el delirio anterior de un público, ya vacío por lo vivido anteriormente.
Se encontró Zotoluco para abrir la tarde a un alto toro que se agarró al piso. No le acompañó la acometividad a la nobleza que ofrecía. Fue ovacionado.

Tuvo el tercero más temperamento en los primeros tercios. Y llegó sin definirse a la muleta de Zotoluco, que brindó al maestro Alejandro Silveti y al apoderado Alonso Cuevas. No dudó al toro el veterano maestro, que hilvanó dos tandas de inicio rotundas. Había intensidad. Se palpaba la emoción por la transmisión de la embestida.
El animal pedía solo muleta y esa medicina le administró Zotoluco en tablas, donde finalizó en las cercanías. Eficaz con la espada, paso una oreja de peso, la única en su despedida, pero que no impidió que sus paisanos, compañeros y amigos le rindieran honores a hombros junto a Ponce en una final apoteósico entre gritos de ¡toreros, toreros! Gloria al toreo en México.



Ficha del festejo
Monumental plaza México. Sábado, 4 de febrero de 2017. Más de 30.000 espectadores. Toros de Fernando de la Mora, bien presentados y de juego variado; agarrado al piso el noble 1; bueno el 2; con temperamento el 3; mansito el templado 4; exigente el serio 5; y desclasado el manso 6.

Eulalio López, Zotoluco, de sangre de toro y oro. Pinchazo y estocada (palmas). En el tercero, estocada (oreja). En el quinto, media estocada y varios descabellos. Aviso (vuelta al ruedo tras cortarse la coleta).
Enrique Ponce, de tabaco y oro. Gran estocada, dos orejas. En el cuarto, ocho pinchazos y un descabello. Dos avisos (vuelta al ruedo). En el sexto, media estocada (palmas). Salió a hombros con Zotoluco.

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