la suerte suprema

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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

martes, 10 de octubre de 2017

VALENCIA. Per ofrenar…/ por Vicente Sobrino



Fin de trayecto. Siempre lo marca, desde hace ya bastantes años, esta fecha del 9 de Octubre: Día de la Comunitat. Día de “germanor”, dicen, aunque la realidad nos devuelve al sentir del momento. ¿Germanor? Eso dicen.

Valencia, 9 Octubre 2017
Ayer la plaza de toros lucía en su arena dos monumentales senyeras. Ya desde que se instauró este festejo lucen las banderas en el albero. Y sonó el Himno de la Comunitat…el “per a ofrenar noves glories a Espanya…”. Y sonó, una vez más, enlatado. Con la voz en off del cantante -creo que Francisco-. Y sonaron aplausos, pero no sonó nacida de las gargantas de las 4000 almas -más o menos- la letra cantada del Himno. ¿Nos sabemos la letra?

El festejo del 9 de Octubre es tradicional ya, pero lejos queda de aquellas corridas patrióticas de los años 20 del pasado siglo. Corridas patrióticas, de exaltación valenciana, se anunciaban. Bailes regionales, desfile de carrozas, trajes regionales, cants de l`estoreta y los lidiadores luciendo galas a la antigua valenciana. Corridas patrióticas, decían.

Hace ya bastantes años se instauró la corrida a la valenciana, para la Corrida de la Virgen del mes de mayo. Vinieron las figuras, se enfundaron el traje antiguo valenciano y el folclore de la tierra quedaba patente en su máxima expresión en el mismo ruedo. Pero la desidia

por parte de todas las “partes” dejó en el olvido un emblema valenciano dentro de la tauromaquia. Los valencianos, señores y señoras, somos así. Y así fuimos. Y así seremos. Cuando no hay implicación por parte de todas las “partes”, toreros, empresa y Diputación, la cosa se frustra, se echa al saco del olvido. Y lo que es peor, en ocasiones se menosprecia. Y no somos capaces de reivindicar nuestras señas de identidad, aunque sea por medio de un festejo taurino, que no es poco. ¿O sí?
Ayer al abandonar la plaza, la mayoría sintieron la tristeza de dejar para unos meses el punto de reunión de muchos valencianos que gozan y sufren por sus tradiciones más ancestrales. En este caso, la tauromaquia. Abandonar la plaza, ¿para decír adios? No, ni mucho menos. Una despedida momentánea, se supone, claro. A partir de hoy ya se echa la cuenta atrás para los festejos de las Fallas de 2018. Por cierto, me cuentan muchos de mis amigos falleros que también corren aguas turbulentas en el entorno de la gran fiesta de la ciudad. ¿Hay alguna fiesta, expresión o manifestación cultural que se salve de la quema en estos tiempos tan revueltos? La política, cuando hace su entrada ¿triunfal? en cualquier estamento, pisa y procura no dejar nacer la hierba.
En fin, amigos, que se va una temporada más. Pero la ilusión, por mucho que se empeñen los empeñados en remover el fango, nadie nos la quita. Ya lo dijo Jean Cau, escritor y periodista francés, y algo de filósofo también: “ir a los toros es creer en los Reyes Magos cada día a las cinco de la tarde”. Pues eso. Mientras, sigamos ofrendando “noves glories”…¿a quien?

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