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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

jueves, 28 de diciembre de 2017

De Blade Runners, replicantes, toreros y picadores / Por Alejandro Lerena



(Foto: Andrew Moore)

A día de hoy, en el universo taurino hay grandes corporaciones que se asemejan a la Tyrell Corporation. ¿Los Chopera? ¿Simón Casas? Apoderan figuras, compran cosos y/o ganaderías. Si la Tyrell desarrolló los Nexus 6, técnicamente perfectos, pero repetitivos hasta la saciedad, el actual sistema empresarial, a través de grandes holdings, es capaz de crear y lanzar un torero más fuerte, resistente, con ejecución depurada de las suertes, casi infalible, que corta orejas en cada actuación, pero no emociona a los tendidos. Reflexionen.


  • Esa sociedad de “Blade Runner”, totalmente mercantilizada y consumista, posee muchos paralelismos con la actual situación de la Fiesta de los toros en España. Reflexionen.

De Blade Runners, replicantes, toreros y picadores

Alejandro Lerena 
Descubrí “Blade Runner” una madrugada en La 2. No creo que tuviese más de veinte años. Al mismo tiempo, gracias a Joselito, me volví adicto a la Tauromaquia. “Blade Runner” (este otoño se ha estrenado una aburridísima segunda parte que la crítica ha elogiado de forma indecorosa) nos traslada a un futuro cercano que transcurre en una distópica ciudad de Los Ángeles. Esa sociedad, totalmente mercantilizada y consumista, posee muchos paralelismos con la actual situación de la Fiesta de los toros en España.

En el legendario film de Ridley Scott, la Tyrell Corporation, un gigante industrial, fabrica humanos artificiales. Se les conoce como replicantes. Estas máquinas, con cuerpo de hombre o mujer y fruto de la ingeniería genética, son más humanos que los propios humanos. Dotados de mayor fuerza, resistencia y agilidad que sus creadores, los replicantes, esclavos del sistema empresarial, sólo tienen un problema, carecen de sentimientos. Los replicantes, destinados a los peores trabajos en régimen de semiesclavitud, y siempre al servicio de una sociedad hedonista carente de principios, acabaron sublevándose cuando el modelo Nexus 6, la versión más avanzada de replicante, descubre el amor o la emoción. Fueron desterrados a las colonias. El sistema creó entonces un cuerpo especial de policía, especializado en detectarlos y desactivarlos, los Blade Runners. ¿Es Enrique Peña, responsable de la cuadra de caballos de Sevilla,Azpeitia o Ceret un blade runner? ¿Son los toreros en la actualidad replicantes?

A día de hoy, en el universo taurino hay grandes corporaciones que se asemejan a la Tyrell Corporation. ¿Los Chopera? ¿Simón Casas? Apoderan figuras, compran cosos y/o ganaderías. Si la Tyrell desarrolló los Nexus 6, técnicamente perfectos, pero repetitivos hasta la saciedad, el actual sistema empresarial, a través de grandes holdings, es capaz de crear y lanzar un torero más fuerte, resistente, con ejecución depurada de las suertes, casi infalible, que corta orejas en cada actuación, pero no emociona a los tendidos. Reflexionen.

Los replicantes se sublevaron contra la Tyrell, y a veces, los toreros también rompen las reglas del sistema, para acabar sobreviviendo en las colonias, situadas en las plazas francesas o en algún pueblo perdido en la meseta castellana. Si surge un torero, un picador capaz de emocionar y enamorar al público rápidamente se le reduce al ostracismo.

¿Es Enrique Peña un replicante? Probablemente no. A su favor, haber apoderado a Pepe Moral. En contra, afirmar públicamente en Logroño que la suerte de varas es un tiempo muerto en el desarrollo del festejo. Sorprendente afirmación del responsable de la cuadra caballos de Sevilla, asidua de Azpeitia o Céret, quien rápidamente quiso corregir sus propias palabras, rectificar su error, alegando que es la presión por el triunfo a la que están sometidos los toreros en España la responsable. Francia, las colonias, es otra cultura, otra mentalidad. Allí, como bien saben los picadores cada vez que cruzan los Pirineos, los equinos se mueven, citan al rival, se torea a caballo. Lógico, Francia, las colonias, tienen otra cultura. Aquí, por contra vivimos en una realidad triunfalista y mediocre que esconde el vacío más absoluto con el beneplácito de los blade runners de la prensa, creados para desactivar y apartar del sistema los replicantestoreros que no acatan el sistema.

Descubrí “Blade Runner” una madrugada en La 2. No creo que tuviese más de veinte años. Al mismo tiempo, gracias a Joselito, me volví adicto a la Tauromaquia. “Blade Runner” (este otoño se ha estrenado una aburridísima segunda parte que la crítica ha elogiado de forma indecorosa) nos traslada a un futuro cercano que transcurre en una distópica ciudad de Los Ángeles. Esa sociedad, totalmente mercantilizada y consumista, posee muchos paralelismos con la actual situación de la Fiesta de los toros en España.

En el legendario film de Ridley Scott, la Tyrell Corporation, un gigante industrial, fabrica humanos artificiales. Se les conoce como replicantes. Estas máquinas, con cuerpo de hombre o mujer y fruto de la ingeniería genética, son más humanos que los propios humanos. Dotados de mayor fuerza, resistencia y agilidad que sus creadores, los replicantes, esclavos del sistema empresarial, sólo tienen un problema, carecen de sentimientos. Los replicantes, destinados a los peores trabajos en régimen de semiesclavitud, y siempre al servicio de una sociedad hedonista carente de principios, acabaron sublevándose cuando el modelo Nexus 6, la versión más avanzada de replicante, descubre el amor o la emoción. Fueron desterrados a las colonias. El sistema creó entonces un cuerpo especial de policía, especializado en detectarlos y desactivarlos, los Blade Runners. ¿Es Enrique Peña, responsable de la cuadra de caballos de Sevilla,Azpeitia o Ceret un blade runner? ¿Son los toreros en la actualidad replicantes?

A día de hoy, en el universo taurino hay grandes corporaciones que se asemejan a la Tyrell Corporation. ¿Los Chopera? ¿Simón Casas? Apoderan figuras, compran cosos y/o ganaderías. Si la Tyrell desarrolló los Nexus 6, técnicamente perfectos, pero repetitivos hasta la saciedad, el actual sistema empresarial, a través de grandes holdings, es capaz de crear y lanzar un torero más fuerte, resistente, con ejecución depurada de las suertes, casi infalible, que corta orejas en cada actuación, pero no emociona a los tendidos. Reflexionen.

Los replicantes se sublevaron contra la Tyrell, y a veces, los toreros también rompen las reglas del sistema, para acabar sobreviviendo en las colonias, situadas en las plazas francesas o en algún pueblo perdido en la meseta castellana. Si surge un torero, un picador capaz de emocionar y enamorar al público rápidamente se le reduce al ostracismo.

¿Es Enrique Peña un replicante? Probablemente no. A su favor, haber apoderado a Pepe Moral. En contra, afirmar públicamente en Logroño que la suerte de varas es un tiempo muerto en el desarrollo del festejo. Sorprendente afirmación del responsable de la cuadra caballos de Sevilla, asidua de Azpeitia o Céret, quien rápidamente quiso corregir sus propias palabras, rectificar su error, alegando que es la presión por el triunfo a la que están sometidos los toreros en España la responsable. Francia, las colonias, es otra cultura, otra mentalidad. Allí, como bien saben los picadores cada vez que cruzan los Pirineos, los equinos se mueven, citan al rival, se torea a caballo. Lógico, Francia, las colonias, tienen otra cultura. Aquí, por contra vivimos en una realidad triunfalista y mediocre que esconde el vacío más absoluto con el beneplácito de los blade runners de la prensa, creados para desactivar y apartar del sistema los replicantestoreros que no acatan el sistema.

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